El Centro de Estudios Populares de Bolivia (CEP) es una organización sin fines de lucro, que cuenta con un equipo multidisciplinario, dedicado al estudio y análisis de la realidad boliviana con un compromiso con los sectores explotados que luchan permanentemente en defensa de sus derechos democráticos. El objetivo de CEP es luchar junto a nuestro pueblo por construir una verdadera alternativa transformadora en base al conocimiento de la realidad objetiva de los hechos que suceden en Bolivia

sábado, 19 de febrero de 2011

Egipto: las ramas secas han ardido pero hay que quemar la raíz

Hombres y mujeres fueron protagonistas de las revueltas en Egipto

Bolivia, 17 de febrero de 2011 (CEP).- Las luchas del pueblo egipcio han remecido la conciencia de los pueblos y ha sacudido el letargo al que sus gobiernos los han sometido por años. Aunque la rebelión popular ha sido valerosa e inspiradora para los luchadores en todo el planeta, los pasos para romper con la dominación imperialista y crear un Egipto libre aún son muchos.

El levantamiento en los países del norte de África (Túnez, Egipto, Argelia) y otros países árabes están mostrando que las cifras macroeconómicas no son un reflejo de la verdadera realidad que vive el pueblo. Mientras el imperialismo y en particular el Fondo Monetario Internacional hablaba de milagro económico en estos países la situación del pueblo empeoraba. Esto es bastante ilustrativo para aquellos que gustan jactarse de las felicitaciones de estos organismos imperialistas.

Es práctica de las clases dominantes mostrar las cifras generales como el avance de un país y mejora para todos, sin embargo, en todos los países, con la aplicación de diferentes políticas económicas, unas clases se enriquecen mientras otras se empobrecen, unas tienen récords de ganancia mientras otras caen en la miseria completa, algunas veces, estos programas contemplan “políticas sociales” para los sectores empobrecidos con el fin de que la rebelión no se desate.

Pero la rebelión se desata tarde o temprano y la situación puede cambiar de manera radical, eso ha sucedido en Egipto donde el pueblo se ha puesto de pie para acabar con esta situación. También se ha levantado contra un gobierno corrupto y criminal, contra una institucionalidad política que lo ha oprimido y coartado en sus más elementales libertades, el pueblo se ha levantado contra el odiado mandatario que representa de manera sintética la opresión, la muerte, el genocidio, la tortura, la corrupción, el enriquecimiento frente a la pobreza de los explotados, todo eso representa no solo el gobernante echado Hosni Mubarak (el defenestrado presidente de Egipto) sino también sus ministros, y los militares que lo han sostenido en el poder.

Mubarak es la continuación de gobiernos gestados por el ejército egipcio, de tinte nacionalista en sus inicios con Nasser, ha transitado la inevitable evolución del nacionalismo con Sadat y luego Mubarak. El estrecho margen del nacionalismo no puede crear una sociedad distinta, por ello el tránsito del nacionalismo egipcio que inició con su alineación a la influencia soviética (cuando ya la Unión Soviética no era socialista sino imperialista) pasó a manos del imperialismo norteamericano, hasta convertirse en el principal aliado yanqui de los países árabes y coludirse con los intereses israelíes en la región.

La heroica rebelión ha depuesto al tirano, pero la estructura que funcionó bajo el gobierno de aquel continua intacta, los militares que se han hecho cargo del gobierno son los mismos que han sostenido el gobierno de Mubarak. Este ejército tiene fuertes inversiones en la economía del país, algunos señalan que entre un 10 a 15% es el poder económico de ejército en la economía egipcia, tiene inversiones en industrias de alimentos, cemento, gasolina, en la producción de autos y en la construcción. Sus intereses así como los de la gran burguesía y el imperialismo están en estrecha relación y por eso no significan ninguna garantía de que vayan a conducir al país por transformación del viejo sistema que generó las condiciones de hambre y miseria.

El pueblo egipcio sacará las lecciones necesarias, el camino para una real transformación aún es largo, es preciso romper con el circuito imperialista mundial,  con la dominación imperialista, que tiene al país como una semicolonia, también es necesario desmontar todo el aparato político que sustenta la opresión del pueblo, todo eso se necesita si realmente se quiere transformar a Egipto en un país verdaderamente libre.

Si bien este camino aún no se vislumbra, el levantamiento popular de las masas egipcias anuncian que hay buena leña suficiente para generar el gran incendio del viejo sistema, sus luchas son necesarias para generar la conciencia suficiente y la organización necesaria que transite por el camino de la Nueva Democracia y rompa con la dominación imperialista, los agentes nacionales y las cadenas feudales a las que el pueblo está sometido.

Centro de Estudios Populares

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